sábado, 9 de mayo de 2009

Atardecer Ficticio...


Un día, de esos en los que necesitaba un poco de soledad, el mar me llama con su dulce voz… Hipnotizada por su fascinante majestuosidad me acerco a sus orillas…La tarde va pasando y estoy absorta en mis pensamientos, mientras mis ojos se pierden en el infinito viendo como el sol cae plácidamente para dar paso a la noche.Me invade una sensación de miedo porque se va acercando la oscuridad, pero me tranquiliza saber que estaré rodeada por un manto d e estrellas y la luna que me acompañaran fielmente.

Siento la brisa del mar rozando suavemente mi rostro...
Oh astuto mar! Tú bien sabias que con aquella imitación perfecta a sus caricias
lograrías que mis ojos deslumbraran de alegría...y derramara aquella
lágrima...destinada a ser bebida deleitosamente por la salada espuma, como si
aquella se tratara de un exquisito manjar."
¿Acaso aquella lágrima era poseedora de algún atributo especial?- Si...Eso ya no era misterio.Pero faltaba algo, faltaba todo…
Su presencia…Aquella ausencia hacia que mi sangre tomara las características de un líquido azul espeso, de una frialdad escalofriante...al igual que el inmenso mar que ahora entonaba lúgubres acordes.Cerré mis ojos y comencé a soñar… (Acto, que sin duda, se ha transformado en mi riqueza más preciada) Ahogada en mis recuerdos...Mil imágenes, mil palabras, mil miradas, mil lágrimas…De pronto, sin previo aviso, siento un suave y tibio susurro al oído...Perfecta melodía. Es su voz...-¡Sí, es él!- y al verme, sin mencionar palabras, me toma en sus brazos... y me abraza tan fuerte…tan fuerte que ya fuerzas no le queda para marcharse…

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Becoming Jane

Una de mis escenas favoritas de la pelicula Becoming Jane. ¿Encuentros fortuitos en bibliotecas?Ay! me encanta xD! Creo que es el lugar perfecto para conocer a la persona que merece tu alma y tu corazón. Mejor aún si te recomienda un libro , leyendo cada una de sus palabras imaginando su voz .

Sin embargo, odio el aire de grandeza con que se las da Mr. Lefroy. Pues claro, al venir de una ciudad mas "civilizada" , tiene mas mundo . Mas ella, al vivir en la lejanía de la urbe y de la grandeza de aquel que vive de lujos y charlatanería , su mundo ha sido forjado a través de la lectura, a trevés de su propia imaginación...

Amo como actua ese hombre , James Mc avoy. Mas bien amo el encanto del personaje, Mr. Lefroy...

En la biblioteca del amor y la melancolía.

De la enfermedad del amor...
Y al mismo tiempo me iba convenciendo de que, a pesar de encontrarme enfermo, la enfermedad que padecía era, por decirlo así, normal, puesto que tantos otros la habían sufrido, y parecía que los autores citados hubieran estado pensando en mí cuando la describían....Así leí emocionado las páginas donde Ibn Hazm define el amor como una enfermedad rebelde, que sólo con el amor se cura, una enfermedad de la que el paciente no quiere curar. Basilio de Ancira afirma que el mal del amor demuestra (síntoma inconfundible) un júbilo excesivo y al mismo tiempo desea apartarse y prefiere la soledad, a lo que se suma un intenso desasosiego y una confusión que impide articular palabra...Me estremecí al leer que, cuando se le impide contemplar el objeto amado, el amante sincero cae en un estado de abatimiento que a menudo lo obliga a guardar cama, y que a veces el mal ataca el cerebro, y entonces el amante enloquece y delira. Leí con aprensión que, si el mal se agrava, puede resultar fatal...
Santa Hildegarda atribuye a la melancolía el dulce sentimiento de la pérdida del amor. En el Liber Continens, se identifica a la melancolía amorosa con la licantropía, en la que el enamorado se comporta como un lobo. Primero se altera es aspecto de los amantes, la vista se debilita, los ojos se hunden y quedan sin lágrimas, la lengua se va secando y se cubre de pústulas, el cuerpo se marchita y padecen de una sed insaciable. Pasan el día tendidos en el lecho, boca abajo, con el rostro y los tobillos cubiertos de marcas, y por último, terminan sus días vagando por los cementerios, de noche, como lobos...
El gran Avicena define el amor como un pensamiento fijo de carácter melancólico, que nace del hábito de pensar una y otra vez en las facciones, los gestos o las costumbres de las personas del sexo opuesto. Se vuelve una enfermedad cuando al no ser satisfecho se vuelve un pensamiento obsesivo, que provoca risas y llantos intempestivos......

Arnaldo de Villanova, con crueldad, recomienda que la única cura contra el mal de amor es perder la confianza, olvidar...