
Estoy convencida, que el frío desgarrador, es un factor que influye en tus estados mentales. La necesidad de un abrazo, de una caricia...Nos lleva por recuerdos que duelen pero que a la vez confortan. ¿Seré Masoquista?¿ O es que mi vulnerabilidad hace de mí una especie de títere psicológicamente controlable, que se nutre del mas mínimo sonido (similar a su voz) o del suave aroma (similar a su perfume)para comenzar esa travesía gris y delirante... bañada en carias ausentes? ¿Y todo esto por un amor ficticio?. No, no lo creo...Sin embargo, después de haber pasado 3650 horas del último beso. A pesar de estar separados por una barrera de espesa niebla, ( en la cual tan sólo el brillo de una vela bastaría para encontrarnos) y verlo solamente en mis lúgubres sueños... Sé que aún me piensa, que aún me siente...
No hay duda, el frío me utiliza...






